🍌𝐌𝐢𝐭𝐨 𝟏 – “𝐋𝐚 𝐟𝐫𝐮𝐭𝐚 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 𝐚𝐳𝐮́𝐜𝐚𝐫”
Sí, la fruta contiene azúcares naturales como la fructosa, pero también está llena de fibra, agua, vitaminas, minerales y antioxidantes.
¿La diferencia?
Ese azúcar no actúa igual que el de los productos ultraprocesados: la fibra retrasa la absorción y evita picos bruscos de glucosa.
🍉Ahora bien, no todas las frutas son iguales. Algunas como la sandía o el melón tienen más agua y menos fibra, y su índice glucémico es más alto. Pero esto no significa que sean malas: su carga glucémica total es baja, porque aportan pocos carbohidratos por ración.
Además, cómo consumimos la fruta también influye:
🍊Entera = mejor respuesta glucémica.
🧃En zumo = se pierde la fibra, sube más rápido la glucosa.
🥛🥜Triturada con proteína o grasa (ej. yogur, frutos secos) = se modera el pico glucémico.
👉La clave está en el contexto, no en demonizar alimentos aislados.
🛌🌙𝐌𝐢𝐭𝐨 𝟐 – “𝐂𝐨𝐦𝐞𝐫 𝐟𝐫𝐮𝐭𝐚 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐧𝐨𝐜𝐡𝐞 𝐞𝐧𝐠𝐨𝐫𝐝𝐚”
Este mito viene del miedo a los carbohidratos por la noche, pero no hay evidencia científica que lo respalde.
Lo que realmente influye en el peso es:
✅️El balance energético total del día.
✅️La calidad de los alimentos que consumes y los hábitos a largo plazo.
✅️Tu nivel de actividad física y descanso.
La fruta no tiene un «modo nocturno» que te haga subir de peso por comerla en este momento del día.
Incluso puede ser una opción ligera, saciante y rica en fibra si te apetece algo dulce por la noche.
👉Conclusión: Comer fruta por la noche no engorda. Subimos de peso cuando mantenemos un exceso calórico constante.
🤔𝐄𝐧𝐭𝐨𝐧𝐜𝐞𝐬… ¿𝐩𝐮𝐞𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐫 𝐟𝐫𝐮𝐭𝐚 𝐭𝐫𝐚𝐧𝐪𝐮𝐢𝐥@?
¡𝐀𝐛𝐬𝐨𝐥𝐮𝐭𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞!
Consumir por lo menos unas 3 raciones de fruta al día forma parte de una alimentación equilibrada.
📢❗️Así que deja de tenerle miedo a las frutas, ya que son de los alimentos más beneficiosos y accesibles que existen.
