🐟El pescado azul constituye un ladrillo básico en nuestra alimentación por su contenido en ácidos grasos poliinsaturados (omega-3), que destacan por su efecto antiinflamatorio e hipolipemiante, es decir, nos ayudan a regular el colesterol y a prevenir, por tanto, enfermedades cardiovasculares.
👉Aunque no deben sustituir al pescado fresco para garantizar todas sus propiedades, las conservas pueden ser una buena opción para añadir un extra de pescado azul en nuestra dieta por los siguientes motivos:
✔El contenido en MINERALES permanece inalterado. Es más, en el caso de las sardinas, su contenido en calcio se triplica por el tratamiento de calor, ya que durante este proceso dicho mineral pasa de las espinas a la carne. De esta forma, si en fresco una sardina contiene aproximadamente 50 mg de calcio por cada 100 gramos de peso, cuando está enlatada con la espina puede contener de 200 a 250 mg de calcio.
✔El contenido de VITAMINAS LIPOSOLUBLES A y D no se ve alterado en las conservas. Sucede lo contrario con las VITAMINAS del grupo B, que se pierden durante el lavado de los pescados antes de su preparación. Sin embardo, dicha pérdida puede minimizarse, si las latas son metálicas (de aluminio o acero laminado), ya que protegen los pescados de la luz y la oxidación.
✔Las PROTEÍNAS, que son de alto valor biológico, también se conservan. Salvo en los escabeches, de los que es preferible no abusar ya que se produce una desnaturalización de las proteínas.
🛒Al comprar conservas de pescado es importante tener en cuenta lo siguiente:
🔎Optar siempre por el producto al natural y, en el caso de escoger una conserva en aceite, que sea aceite de oliva virgen extra.
🔎Elegir conservas de pescados de menor tamaño como la sardina, la caballa y la melva, ya que acumulan menos metales pesados como el mercurio.
🔎En caso de hipertensión, como los enlatados suelen ser ricos en sodio, conviene no abusar de ellos y comprar siempre que se pueda conservas reducidas en sal.